Por Isabela Canales
El informe de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre la República Árabe Siria abarca el periodo del 1 de enero al 30 de junio de 2024, donde se destaca la grave crisis humanitaria y de derechos humanos que perduran en el país. Durante este tiempo, la violencia, las detenciones arbitrarias, la tortura y las desapariciones forzadas han continuado sin interrupción, afectando gravemente a la población civil.
Las hostilidades han causado numerosas víctimas, incluyendo ataques considerados como crímenes de guerra. La ausencia del estado de derecho ha permitido que diversas fuerzas ejerzan violencia y extorsión contra la población. En Deraa, por ejemplo, el 7 de abril ocurrieron matanzas tras la reconquista de la zona por parte de fuerzas gubernamentales, ilustrando la constante inseguridad en regiones supuestamente estabilizadas.
Los ataques del Dáesh han aumentado significativamente, mientras que la intensificación del conflicto en Gaza ha provocado una escalada de operaciones militares en Siria. También, los ataques aéreos israelíes contra objetivos iraníes en el país, así como las represalias de grupos afiliados a Irán contra bases estadounidenses, han incrementado la tensión regional. Además, seis ejércitos extranjeros continúan operando en Siria, contribuyendo a la complejidad del conflicto.
El informe señala que la crisis económica y humanitaria ha empeorado significativamente, con la corrupción y la delincuencia organizada agravando la situación. Más de 13 millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria, mientras que el 90 % de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. La financiación humanitaria ha disminuido, afectando gravemente la ayuda a los desplazados y las comunidades vulnerables.
El documento también subraya la falta de acceso de la Comisión a Siria y las dificultades para recopilar información debido a la represión gubernamental. A pesar de esto, se han documentado numerosas violaciones a los derechos humanos en las zonas bajo control gubernamental, así como en territorios administrados por grupos opositores como Hay’at Tahrir al-Sham, que ha sido acusado de detenciones arbitrarias y torturas.
Finalmente, el informe destaca la resiliencia de la sociedad civil siria, que ha continuado exigiendo reformas y justicia, a pesar de la represión estatal y no estatal. La Comisión termina mencionando que las violaciones sistemáticas y extendidas de los derechos humanos en Siria constituyen crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra, y hace un llamado urgente a la comunidad internacional para fortalecer los mecanismos de rendición de cuentas y aumentar la ayuda humanitaria.
Isabela Canales
