Por Sandra Navarro
En la mesa redonda del 21 de junio de 2023, miembros y observadores del Consejo de Derechos Humanos se reunieron con expertos y representantes de los rohinyás y otras minorías de Myanmar. El objetivo fue discutir la situación de los derechos humanos de estas comunidades, buscando posibles medidas y soluciones duraderas para la crisis, con un enfoque especial en facilitar el retorno sostenible de los refugiados en condiciones de seguridad y dignidad.
En Myanmar, las minorías étnicas y religiosas, como los rohinyás, enfrentan violaciones sistemáticas de derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales. Durante generaciones, los rohinyás han experimentado persecución, negación de identidad, discriminación, y desplazamiento forzado. Carecen de ciudadanía y documentación, enfrentan restricciones a la libertad de movimiento, acceso limitado a servicios básicos y oportunidades de subsistencia. Desde el golpe militar en febrero de 2021, la situación se ha deteriorado con violaciones generalizadas de derechos humanos, incluyendo ataques indiscriminados, detenciones arbitrarias, tortura, ejecuciones extrajudiciales y violencia sexual. Los enfrentamientos en 2022 entre el ejército y el Ejército de Arakánhan exacerbado los riesgos para los rohinyás, con combates, desplazamientos, restricciones al acceso humanitario y violencia sexual, aumentando su vulnerabilidad y provocando nuevos desplazamientos internos y refugiados.
En una mesa redonda, la Alta Comisionada Adjunta para los Derechos Humanos destacó la prolongada persecución y discriminación contra los rohinyás y otras minorías en Myanmar. Se mencionaron crisis pasadas y la violencia militar de 2017, que forzó el desplazamiento de cientos de miles de rohinyás a campos de refugiados en Bangladesh. Se enfatizó la vulnerabilidad de la comunidad, agravada por el ciclón Mocha en 2023. La Alta Comisionada pidió al ejército de Myanmar un acceso humanitario completo y seguro, instando a restaurar un sistema democrático, eliminar leyes discriminatorias y garantizar la plena ciudadanía y documentación para los rohinyás. También abogó por la participación significativa de los rohinyás en cualquier diálogo sobre su futuro. Se expresó solidaridad con Bangladesh y llamó a la comunidad internacional a apoyar económicamente a los refugiados rohinyás, destacando la importancia de promover su resiliencia y autosuficiencia.
Yasmin Ullah, una mujer rohinyá, compartió su experiencia como refugiada que huyó de la violencia y opresión de Myanmar en 1995. Describió el genocidio y las atrocidades masivas contra la comunidad rohinyá, que ha sido expulsada del estado de Rakáin durante décadas debido a políticas opresivas. Más de 1.3 millones de rohinyás refugiados carecen de protección y estatuto legal.
Ullah hizo dos recomendaciones para lograr la paz sostenible en Myanmar. En primer lugar, destacó la importancia de que Myanmar reconociera la identidad rohinyá, ya que la crisis no se resolvería solo con cambios en la ciudadanía. Señaló que, hasta ahora, algunos rohinyás tenían ciudadanía pero carecían de reconocimiento étnico, siendo objeto de discriminación y exclusión sistemática.
enlace al informe completo: Aquí.
Sandra Navarro