Por Lucía Jiménez
En este informe del Relator Especial sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri, vamos a tocar el derecho a la alimentación en el que como veremos no solo se trata del acceso al alimento, sino que es algo mucho más extenso que proporcionar sustento a la población mundial. Para empezar, siguen existiendo claras marginaciones entre sectores de la sociedad, los más marginados siempre van a ver los efectos perjudiciales tanto de una pandemia, como de una crisis, como de un desastre natural, multiplicados. Por otra parte, el autor afirma que para afrontar el problema del COVID relativo al conflicto entre la economía y la salud hay que elaborar una respuesta sistemática, interpretando la pandemia como una crisis de prestación de cuidados, (a medida que la gente se enferma y muere durante la pandemia, las personas tienen que trabajar más duro y más tiempo para que todos se mantengan sanos y vivos.)
Así, centrarse en la prestación de cuidados se va a corresponder con un enfoque basado en los derechos humanos ya que las personas prestadoras de cuidados han sido a menudo las más marginadas e infravaloradas. Los cuidados reflejan una serie de elementos; las necesidades de las personas desfavorecidas, así como las necesidades de las personas que prestan cuidados esenciales para el bienestar de la humanidad, y la capacidad social de cuidar a través de instituciones. La prestación social es una herramienta indispensable para garantizar que todas las personas tengan acceso a los alimentos, prestando especial atención a las comunidades marginadas (programas para proteger empleos, salarios, la puesta en marcha de programas de ayuda social y apoyo a los salarios para asegurar la seguridad alimentaria y económica de las personas que lo necesitan…). Además, debemos tener en cuenta que las personas que trabajan en el sector de la alimentación son esenciales para el bienestar de la comunidad y si ellos enferman, la sociedad entera va a sufrir las consecuencias. Sin embargo, se les trata como prescindibles, por ejemplo, a los trabajadores migrantes que se les dejan sin medios de protección adecuados.
A continuación, el Relator nos habla de los sistemas alimentarios y la gobernanza global, uno de los problemas más graves de este sistema es el hecho de que la agricultura es responsable de una tercera parte de las emisiones de gases, por lo que debe formar parte del plan para hacer frente al cambio climático. A finales de 2021 se va a celebrar una Cumbre sobre Sistemas Alimentarios para intentar basarlos en los derechos humanos, este cambio va hacer que se anteponga a las personas a los beneficios, también se va a velar que los mercados atiendan las necesidades sociales y se va a obligar a los Estados a que proporcionen a las personas una protección social adecuada. Esta cumbre sobre los sistemas alimentarios supone además la oportunidad de alcanzar un consenso sobre una serie de cuestiones como puede ser el cambio climático.
También considero importante hablar sobre el derecho a la alimentación en los conflictos armados y las crisis prolongadas, donde los Estados utilizan la hambruna como un arma letal para dañar y matar a las personas, también se emplean para crear crisis prolongadas y castigar a las civiles, así el Relator Especial ha recibido informaciones sobre la forma en que los Estados utilizan medidas unilaterales que causan una grave escasez de alimentos como los embargos económicos
Para finalizar, como en cada informe, se nos da una serie de recomendaciones entre las que encontramos que los Estados deben reafirmar su compromiso de hacer frente a la pandemia mediante un enfoque basado en los Derechos Humanos, pero no solo los Estados tienen misiones, sino que la Enviada Especial y la Secretaría de la Cumbre de 2021,que hemos mencionado anteriormente deben hacer, entre otras cosas, velar por que en la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios predominen las discusiones en torno a la agroecología, formar un grupo complementario sobre conocimientos empíricos e indígenas…
Como conclusión a este post, en el que hemos visto todo que el derecho de alimentación no es el acceso a la comida, sino que hay siempre factores detrás los cuales están determinados por el dinero en su inmensa mayoría, nunca por los Derechos Humanos, y hasta que no cambiemos esto, no solo no va a haber derecho a la alimentación, sino que tampoco va a haber derecho al agua, a la educación o a cualquier derecho básico, si seguimos este camino tan marcado por el egoísmo y la vanidad la disparidad entre riquezas en la sociedad va a seguir siendo un hecho que va a seguir ocasionando la inexistencia de derechos para la parte pobre, la clave está en nosotros, la clave está en el verdadero cambio que desgraciadamente tiene lo mismo de necesario que de lejano.