Por Josladys Vanessa Álvarez Negrón
La Asamblea General en su resolución 59/113 A, proclamó el Programa Mundial para la Educación en Derechos Humanos, una iniciativa mundial para promover la ejecución de los programas de educación en la esfera de los derechos humanos en todos los sectores. El Programa Mundial está estructurado en etapas sucesivas, cada una de las cuales se centra en sectores específicos.
Las disposiciones generales sobre la educación en derechos humanos figuran en las estrategias, planes o leyes nacionales de la mayoría de los Estados que presentaron comunicaciones, un ejemplo de ello es Colombia, el Plan Nacional de Educación en Derechos Humanos asigna especial atención a los grupos en situaciones de vulnerabilidad y que han sido objeto de discriminación históricamente, como las mujeres, los niños, los jóvenes, las personas con discapacidad, las minorías étnicas y las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales. También en Letonia, las Directrices para el Desarrollo de la Educación, tituladas “Competencias que serán necesarias para la sociedad del futuro”, indican que todas las formas de educación y formación deberían incluir contenidos que promuevan la comprensión de los derechos humanos, el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles, la igualdad de género, una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la diversidad cultural. También se han tomado medidas para ayudar a los niños y jóvenes que huyen de la guerra en Ucrania y ha integrado a más de 700 niños procedentes de Ucrania en su sistema educativo. El Centro Nacional de Educación colabora estrechamente con los respectivos municipios para garantizar el acceso a la educación preescolar, primaria y secundaria, así como a los servicios terapéuticos y psicológicos pertinentes.
Otro ejemplo, en Eslovenia, desde 2005 las autoridades promueven la educación en derechos humanos entre niños y jóvenes a nivel internacional a través del proyecto “Nuestros Derechos”. Hasta la fecha, más de 250.000 niños de 26 países de África, Asia, Europa, América Latina y Oriente Medio han participado en el proyecto.
Resulta especialmente interesante la elaboración, en países, como Angola, Argentina, Burundi, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Eslovaquia, Eslovenia, Federación de Rusia, Italia, Letonia, Lituania, Mauricio, México, Rumania y Türkiye de proyectos y mecanismos para supervisar los avances nacionales y evaluar el impacto de las estrategias y programas de educación en derechos humanos, con el fin de mejorar y reforzar su aplicación. Los procesos de seguimiento y evaluación son fundamentales para garantizar que el contenido y las metodologías de la educación en derechos humanos sigan siendo pertinentes para las experiencias y los retos a los que se enfrentan los jóvenes y los doten de las herramientas adecuadas para participar en la vida pública y contribuir a la realización de los derechos humanos en sus comunidades.
La educación en derechos humanos en entornos no formales desempeña un papel importante y complementa de manera considerable el aprendizaje de los derechos humanos en la educación formal al ampliar el acceso, en particular para los jóvenes en situaciones de exclusión y vulnerabilidad, al ofrecer una plataforma para ensayar nuevas metodologías que, en caso de resultar útiles, pueden duplicarse en todos los contextos.
los jóvenes son titulares de derechos y agentes clave en la realización de los derechos humanos, el logro del desarrollo sostenible y la garantía de la paz. En todo el mundo, la participación y el activismo de los jóvenes están cobrando fuerza, y las iniciativas de los jóvenes suelen liderar la lucha contra la discriminación y la injusticia y exigir la rendición de cuentas.
La intensificación de los esfuerzos para poner en práctica la educación en derechos humanos para, con y por los jóvenes, utilizando el Plan de Acción para la cuarta etapa del Programa Mundial como punto de referencia para apoyar la evaluación y la acción ulterior, es una inversión vital para un futuro pacífico, justo y sostenible.
Josladys Vanessa Álvarez Negrón.
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