Por Ángela Sanz
Con este informe lo que pretende el Mecanismo de Expertos sobre el derecho de desarrollo es analizar cómo se trata este derecho en los distintos estados y las diferencias en el trato de este derecho que puede haber en cada uno de ellos.
Para ello el Mecanismo de expertos lleva a cabo la clasificación de las conductas que pueden afectar a dichos derechos en: buenas prácticas mundiales, excluyentes o restrictivas.
Por último el mecanismo lleva a cabo una serie de recomendaciones para que disminuya la desigualdad existente entre estados fomentando sistemas universales de protección social entendida este sistema como un derecho fundamental el cual tiene como base la igualdad de oportunidades para el desarrollo.
Para llegar a estas conclusiones, han tomado como referencia, los diferentes acontecimientos sucedidos a nivel mundial tales como: crisis sanitaria de Covid-19, desastres naturales, la tensión existente a escala mundial por posibles conflictos bélicos… todos ellos han dado lugar a la desigualdad en el acceso a recursos, como la sanidad, educación etc. La existencia de la desigualdad genera ambientes hostiles ya que quienes principalmente la sufren son los grupos minoritarios, podríamos pensar que la desigualdad solo afecta a la distribución de los recursos lo cual sería un grave error, ya que la desigualdad supone un gran obstáculo para la agenda 2030, e incluso para los Derechos humanos; ya que la promesa de no dejar atrás a nadie sino se cumple de forma correcta puede amenazar a la vida democrática, la cohesión social y la redistribución de recursos entre otros.
Discriminación y desigualdad son dos conceptos relacionados, la desigualdad en muchos de los casos tiene su origen en acontecimientos históricos, los cuales dieron lugar a su nacimiento como marginación política o la distribución sesgada de la renta y la riqueza. En otras ocasiones su origen no deriva de hechos acontecidos en el pasado, sino de razones de desigualdad como la raza, el origen, género en las cuales nos encontraríamos antes una desigualdad social que muchas veces se produce por las diferencias jurídicas existentes entre estados.
Sin embargo si hablamos de discriminación hay que diferenciar entre discriminación horizontal y vertical. La primera de ellas, es la que se produce entre grupos sociales por razones como el género, raza y origen, y al mismo tiempo están ligadas con la desigualdad de oportunidades que pueden vivir quienes forman parte de estos grupos. Mientras que las discriminaciones verticales, se traducen en desigualdad de ingresos.
También resulta relevante hacer referencia a la desigualdad que se produce entre el ámbito rural y urbano, siendo este primero quien más desigualdad produce. Cabe hacer referencia que la desigualdad en su forma general había disminuido notablemente en la década de los noventa. Sin embargo, tras la pandemia de COVID-19 120 millones de personas se encuentran en pobreza extrema.
Para tratar el tema de la desigualdad mundial, se quiere llevar a cabo un enfoque basado en el desarrollo, ya que antes de la pandemia se preveía que la desigualdad entre países se iba a reducir un 2,6%, por ello proyectos como la Agenda 20230, y los objetivos de Desarrollo sostenible tienen entre otros muchos objetivos llevar a cabo la reducción de la desigualdad.
Otro elemento importante a tener en cuenta para hacer frente la desigualdad, es la realización de un nuevo contrato social realizado por el Secretario General en su informe “Nuestra agenda común” a través del cual se quiere impulsar la colaboración mundial para poder hacer frente a las deficiencias energéticas existentes, porque considera que estas solo pueden ser hechas frente con la unión de todos los estados, situándose estos en una situación desigualdad.
Uno de los medios que se quiere utilizar para poder luchar contra la desigualdad son los sistemas de protección social los cuales consisten en medias que son tomadas por los Gobiernos y las partes interesadas cuando aumenta la inestabilidad e inseguridad para tratar de disminuir la desigualdades existentes entre estos, para ello utilizan estos sistemas los cuales tienen un enfoque multifacético y por tanto buscan la igualdad constante entre los estados. Sin embargo algunos sistemas de protección social cuentan con desigualdades sociales y económicas, como es el caso de Brasil, donde en 2016 saco de la pobreza extrema a 36 millones de familias a través del programa de protección social “Bolsa familia” sin embargo, en la actualidad sigue existiendo una gran desigualdad en este país. En cuanto a la selección de quienes pueden ser beneficiados de estos programas de protección social, se tiene en cuenta a aquellos países que van a sufrir a largo plazo las consecuencias de la desigualdad.
En algunos casos la privatización de sistemas de prestación social, como la educación o salud lo que hace es aumentar más todavía las desigualdades existentes, porque se compara los servicios dados de forma pública por el estado con los mismos servicios dados por entidades privadas. Por ello se pide que algunos servicios como es la salud, no sean un privilegio sino un acceso universal al que pueda tener acceso cualquier persona. Para conseguir todos estos objetivos de sistemas de protección social, adecuados y que no lleven a cabo desigualdad en determinados servicios es fundamental reforzar la capacidad de los estados y la solidaridad y colaboración internacional.
Ángela, Sanz Ramos.
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