Por: Judith García Tejeiro
De conformidad con su resolución 43/21, el 26 de febrero de 2021 el Consejo de Derechos Humanos celebró, en el marco de su 46o período de sesiones, una reunión sobre la importancia de la mitigación de la pobreza para la promoción y protección de los derechos humanos.
El propósito de esta reunión es hacer hincapié en la amenaza que supone la pobreza para el disfrute de todos los derechos humanos, en particular en el contexto de la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19). Y en la necesidad de potenciar el papel de la mitigación de la pobreza en la promoción y protección de todos los derechos humanos; señalar las prioridades y deficiencias en el ámbito de la mitigación de la pobreza en relación con la promoción y protección de los derechos humanos y reseñar la cooperación técnica existente al respecto; permitiendo así un diálogo constructivo entre los Estados con el fin de que intercambien buenas prácticas y experiencias, entre otros propósitos.
Las personas pobres y los grupos marginados y vulnerables, como las personas de edad, las mujeres y las niñas, las minorías y los pueblos indígenas, son quienes pagan las peores consecuencias y más sufren la inseguridad alimentaria y la falta de acceso a la atención sanitaria, el agua y el saneamiento, la educación, el trabajo digno o la seguridad social …. Es por ello, que salir de la pobreza debe ser un paso esencial para lograr los propósitos de la Declaración Universal de Derechos Humanos, convirtiéndose en una realidad efectiva para todos.
En este círculo de consenso se pone de relieve el aumento de la pobreza tras la pandemia, y la necesidad de considerar las vacunas contra la COVID-19 un bien público mundial, para lograr una distribución justa y equitativa. La erradicación de la pobreza y con ello, la materialización de los derechos humanos solo será posible si se trabaja conjuntamente y se fortalecen las asociaciones.
La pobreza impacta especialmente sobre la infancia, tanto de forma multidimensional como monetaria, es por ello que para hacer efectivos los derechos humanos consagrados en la Convención sobre Derechos del Niño es necesario mitigar estos índices de pobreza. El Sr. Jabbi habla de tres esferas principales en cuanto a políticas se refiere, para minimizar la incidencia de la pobreza infantil, se trata; de la inversión en atención sanitaria de calidad, programas de nutrición adecuados, subsidios por niños a cargo…; en segundo lugar, habla del empoderamiento de las familias y la creación de un entorno propicio para los menores; por último, el empoderamiento de los adolescentes, que deberían tener voz mediante la mejora de su educación.
Finalmente, de la puesta en común de los conocimientos y aprendizajes entre Estados y Organizaciones Internacionales, cabe destacar la necesidad de acabar con la exclusión social y económica de las que son objeto las personas pobres, impidiéndoles beneficiarse de los procesos de desarrollo y contribuir a ellos, vulnerando así su derecho a llevar una vida digna y plena. Es especialmente importante trabajar en la erradicación de la pobreza infantil y mitigar los efectos de la pandemia, ya que esta ha provocado que 150 millones de personas estén en proceso de volver a la pobreza extrema y ha puesto a 2,6 millones de niños en riesgo de padecer desnutrición crónica.
Enlace al informe completo: Aquí
Judith García Tejeiro.