Por Cecilia Hontoria Tohá
Durante el 46 período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos la Representante Especial del Secretario General para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados presentó un informe que abarca el período comprendido entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020, de conformidad con lo establecido en la resolución 73/155 de la Asamblea General. En él se describen las actividades emprendidas en cumplimiento de su mandato, con información de sus visitas sobre el terreno, y sobre los progresos alcanzados y los desafíos que subsistían en relación con la agenda de los niños y los conflictos armados. La Representante Especial también explica con detalle las actividades que ha emprendido en relación con la solicitud formulada por la Asamblea en su resolución 72/245 de interactuar en mayor medida con los Estados, los órganos y organismos de las Naciones Unidas y las organizaciones regionales y subregionales, y de incrementar el número de actividades de concienciación pública, entre otras cosas mediante la recopilación, evaluación y difusión de las mejores prácticas y lecciones aprendidas, de conformidad con su mandato. Destacamos en este post, lo relativo a las repercusiones de la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) en su labor y, más generalmente, en las actividades encaminadas a hacer cesar y prevenir las violaciones graves contra los niños.
Debido a las medidas adoptadas para evitar la propagación del COVID-19 se interrumpieron muchas actividades relacionadas con el mandato relativo a los niños y los conflictos armados. Por ejemplo, en Afganistán con el cierre de las escuelas, los niños quedaron más expuestos al reclutamiento y la utilización por las partes en el conflicto, mientras que el estigma y la discriminación relacionados con la COVID-19 también aumentaron la vulnerabilidad de los niños a la violencia y los trastornos psicosociales. Igualmente, en Colombia, el cierre de todas las escuelas, la menor presencia de agentes humanitarios y de protección en las zonas afectadas por el conflicto y la reducción de los ingresos familiares aumentan el riesgo de que los grupos armados recluten y utilicen a niños y los sometan a otras violaciones graves
La pandemia de COVID-19 también repercutió considerablemente en la capacidad de las Naciones Unidas para llevar a cabo actividades esenciales para hacer cesar y prevenir las violaciones graves contra los niños. La vulnerabilidad de los niños y las niñas que viven en medio de las hostilidades continúa y se ve exacerbada por la pandemia de COVID-19, por lo que se debe aprovechar las negociaciones de paz o el alto al fuego para reforzar los mecanismos de protección de la infancia.
A pesar de los confinamientos y las restricciones de circulación relacionadas con la COVID-19, prosiguió la vigilancia y verificación de las violaciones graves contra los niños, de conformidad con las normas de verificación del mecanismo de vigilancia y presentación de informes. Los equipos de tareas sobre vigilancia y presentación de informes en los países y los equipos de las Naciones Unidas en los países han colaborado con sus asociados para mitigar los efectos adversos de la pandemia en los niños afectados por los conflictos y ofrecerles un mayor grado de protección
La inclusión de los niños en los procesos tradicionales de justicia de transición ofrece a los niños la oportunidad de buscar reparación por los delitos cometidos contra ellos y sus familias, ya que esos niños pueden haber sido simultáneamente víctimas, testigos y presuntos delincuentes, a pesar de ello, los niños deben ser tratados principalmente como víctimas. La detención de los niños debe utilizarse como medida de último recurso y durante el período más breve posible, y deben favorecerse las alternativas que contribuyan a su rehabilitación.
Si bien se ha avanzado en la inclusión de los niños en los procesos de justicia de transición, los esfuerzos por rendir cuentas siguen centrados en los adultos, y las violaciones que afectan a los niños no han recibido la atención continua que merecen.
Por otro lado, la Representante Especial colaboró activamente con los Estados Miembros y otros interesados clave para crear y apoyar alianzas mundiales que contribuyan a hacer cesar y prevenir las graves violaciones contra los niños.