Por Isabella Canales Carballo
Formas contemporáneas de la esclavitud que afectan a las personas encarceladas y previamente encarceladas.
Se presenta en el informe del Relator Especial sobre las formas contemporáneas de esclavitud, presentado por Tomoya Obokata al Consejo de Derechos Humanos, donde se examinan algunas prácticas que se deben elaborar para las personas encarceladas y previamente canceladas para poder de esta manera, constituir y crear formas contemporáneas de esclavitud y otras violaciones de derechos humanos.
Se tiene en cuenta en el informe que, aunque el trabajo penitenciario está permitido de ciertas normas internacionales, siempre se deben respetar los estándares con el consentimiento libre e informado, teniendo condiciones laborales seguras y salarios equitativos. También se observa, que en algunas regiones encontramos una ausencia de protección social, habiendo un trabajo forzoso, una falta de salarios justos, y que, en muchos casos, las personas encarceladas enfrentan jornadas laborales en condiciones precarias, teniendo salarios mínimos y sin acceso a los servicios básicos, viéndose en primer lugar discriminadas las mujeres y los grupos vulnerables, pudiendo llegar a afrontar violencia sexual y explotación desmesurada.
En este caso, vemos como hay un aumento de los riesgos en cuanto a la reincidencia por parte de las personas encarceladas y la explotación tras su liberación, debido a que existe una falta de oportunidades de formación profesional, limitando la reintegración de estas personas en la sociedad. Hay que destacar la deficiencia por parte de los mecanismos de acceso a la justicia, en tanto las víctimas, tienen una explotación laboral y sexual muy frecuente no pudiendo denunciar los abusos por miedo a lo que les pueda pasar.
El Relator Especial subraya la importancia de garantizar que el trabajo realizado por estas personas no llegue a privar su libertad, siendo decente, voluntario y llevado a cabo en condiciones dignas, no sometiéndolas a coerción ni amenazas que las obligan a trabajar en contra de su voluntad, formulando una serie de recomendaciones claves, con el objetivo de proteger los derechos y prevenir situaciones que puedan considerarse formas contemporáneas de esclavitud. Asimismo, destaca la necesidad de reforzar la supervisión pública, en relación con los centros penitenciarios, para asegurar que cumplan con los estándares internacionales en materia laboral y prevenir abusos.
Resalta la necesidad de poder, implementar programas educativos y de formación profesional para responder a las necesidades del mercado laboral, siendo diseñadas para facilitar la rehabilitación y reintegración económica de las personas al finalizar su condena, teniendo una reducción de las retenciones salariales, de manera que perciban una remuneración para cubrir sus necesidades básicas.
Por último, insta a los estados, a adoptar medidas firmes para combatir las prácticas discriminatorias y los abusos sexuales que pueden afectar a los grupos más minoritarios, haciendo un llamado urgente a los gobiernos para que implementen mecanismos efectivos, garantizando el respeto de los derechos humanos de las personas encarceladas y evitando que sean sometidas a situaciones de explotación.
Enlace al informe completo: Aquí
Isabella Canales Carballo