Por Alba Gómez
El informe de la Experta Independiente sobre el derecho a la educación de las personas con albinismo se centra en el derecho a la educación de este grupo. Se hace referencia a las normativas internacionales y regionales relacionadas a los derechos humanos, así como a la legislación y políticas nacionales concernientes a la educación de individuos con albinismo. Se resalta la importancia de la educación inclusiva y los ajustes razonables para asegurar un acceso equitativo a la educación de calidad.
Se abordan las dificultades que enfrentan los individuos con albinismo en 28 naciones en cuanto al acceso a la educación, tales como deficiencias visuales, discriminación, falta de apoyo educativo y la necesidad de ajustes para asegurar el pleno disfrute del derecho a la educación. Se exponen iniciativas como la distribución de protectores solares, becas y programas de formación para educadores.
La carencia de conciencia, la discriminación y la falta de ajustes razonables en las instituciones educativas son solo algunas de las dificultades mencionadas en el informe.
Los Estados deben adoptar medidas específicas para garantizar la inclusión educativa de las personas con albinismo, tales como la formación del profesorado, la provisión de ayudas técnicas y la sensibilización en la comunidad educativa. Asimismo, la colaboración entre diversos actores resulta esencial para superar los desafíos nombrados y asegurar el pleno ejercicio del derecho a la educación de este grupo vulnerable.
En países poco desarrollados como África su situación es aún más insostenible debido a que además del nivel educativo bajo, sobre todo en las zonas rurales, el hecho de que sean de otro color no lo comprenden, ni niños ni adultos. Inventan supersticiones y así justifican lo que no entienden, creencias como que un albino es hijo de un hombre blanco, o que es hijo del demonio, que curan enfermedades si los tocas o que las contagian. Sufren una estigmatización social desde que nacen, incluso en sus propias familias.
A todo ello se añade una baja visión y la fragilidad de su piel a los rayos del sol. Estas circunstancias se traducen en problemas adicionales como la dificultad para ver correctamente la pizarra, obstaculizando que accedan a secundaria o, más adelante, a trabajos más cualificados. Además, incrementa la probabilidad de que desarrollen un cáncer de piel si no se protegen adecuadamente.
Alba Gómez