Por Isabella C. Ros
El informe presentado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, solicitado por el Consejo de Derechos Humanos en su resolución 53/13, profundiza en el concepto de espacio cívico, siendo este un entorno que permite a las personas y grupos participar activamente de las decisiones que afectan a sus vidas. Se encuentra motivado por derechos como: la libertad de expresión, reunión y asociación, permitiendo un diálogo abierto y seguro entre las sociedades y sus estados.
Entre las funciones de la sociedad civil se destacan la función de promover los derechos humanos mediante la vigilancia y documentación de abusos, sensibilización sobre violaciones y promoción de la rendición de cuentas.
El espacio cívico permite evaluar la situación de los derechos humanos y las libertades civiles en las que se encuentre un país, por ello, la disponibilidad de datos es fundamental para medir dicho espacio dado que la ausencia de estos puede indicar una falta de espacio cívico o la existencia mínima de este.
EL ACNUDH ha elaborado un marco conceptual para orientar a los Estados y a otros actores en la definición de: indicadores estructurales, indicadores de proceso, siendo medidas adoptadas para cumplir las obligaciones en materia de derechos humanos; indicadores de resultados, resultados de esas medidas.
Sin embargo, actualmente, se presentan ciertas dificultades para establecer una sociedad civil segura, el informe resalta las restricciones en el acceso a la información, la criminalización de actividades y las amenazas tanto físicas como digitales; y el mal uso de las tecnologías.
Para evaluar las tendencias del espacio cívico, el informe identifica tres enfoques principales: la revisión de marcos legales y políticas públicas, el análisis de incidentes específicos y las encuestas basadas en percepciones. Estas herramientas permiten identificar patrones de exclusión, así como riesgos para los derechos fundamentales.
El informe destaca la importancia de contar con datos fiables y accesibles. La falta de transparencia de los Estados y las restricciones tecnológicas dificultan el seguimiento eficaz. Insta pues a los gobiernos a adoptar medidas para asegurar la seguridad de quienes recopilan información, como es el caso de periodistas, quienes se ven atacados en la búsqueda de información; fortalecer los marcos legales y fomentar la colaboración internacional para proteger este espacio.
El espacio cívico es el pilar para el fortalecimiento de las democracias y la protección de los derechos humanos, y es por ello por lo que requiere un compromiso activo y continúo de los Estados.
El informe concluye con un llamado a los Estados a estrechar la colaboración para estudiar en qué pueden ajustarse más al derecho de los derechos humanos, estudien metodologías innovadoras; seguimiento a los Estados para velar por las iniciativas a contribuir al desarrollo; facilitar el diálogo entre las instituciones estatales; redoblar esfuerzos para garantizar la seguridad de los actores de la sociedad civil.
Enlace al informe completo: Aquí
Isabella C. Ros