Por Sandra Navarro
En esta sección se aborda el derecho internacional aplicable al reasentamiento y se señala cómo su interpretación, incumplimiento o desconocimiento afecta negativamente los resultados. Se resalta la falta de claridad en las leyes y normas relacionadas con los derechos afectados por el reasentamiento, así como la ausencia de directrices globales sobre el proceso. Se mencionan los derechos a la propiedad y a una vivienda adecuada según la Declaración Universal de Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales. Además, se discute el impacto de los desalojos forzosos y se enfatiza la importancia de consultar a las comunidades afectadas. Se citan varios convenios internacionales que protegen los derechos de los Pueblos Indígenas y campesinos a sus tierras, así como los derechos a la alimentación, agua potable y saneamiento. Se aborda también la protección del derecho a la propiedad y a la vida privada y familiar en diversos instrumentos internacionales. Finalmente, se menciona la Convención de la Unión Africana para la Protección y la Asistencia de los Desplazados Internos en África, que establece obligaciones para los Estados parte en relación con los desplazamientos internos causados por diversos factores.
No todas las experiencias de reasentamiento son negativas, ya que muchas personas logran integrarse con éxito en nuevas comunidades y construir una vida satisfactoria. Sin embargo, se han documentado ampliamente los efectos adversos del reasentamiento en los derechos humanos cuando la planificación y ejecución son deficientes y no hay consulta ni participación efectiva de las personas afectadas. El reasentamiento puede afectar a diversos derechos humanos, como el derecho a la vivienda adecuada y otros derechos fundamentales. Se ha observado que los reasentamientos pueden resultar en pérdida de tierras, aumento del sinhogarismo, pérdida de acceso a servicios públicos, pérdida cultural, inseguridad alimentaria, marginalización y riesgos para grupos vulnerables. Además, se han documentado violaciones de derechos humanos, como detenciones arbitrarias y uso desproporcionado de la fuerza contra defensores de derechos humanos. La magnitud de los desplazamientos ha aumentado con el tiempo debido a conflictos, desastres naturales y proyectos de desarrollo, lo que plantea desafíos significativos para los Estados y la comunidad internacional.
El reasentamiento debe considerarse como último recurso, utilizado solo cuando sea inevitable por razones de seguridad o en beneficio de los afectados. Debe ser un derecho de los desplazados cuando el retorno a su lugar original no sea posible o ponga en peligro sus vidas o derechos humanos. Además, el reasentamiento nunca debe restringir ilegalmente la libertad de elección de residencia y debe cumplir con las normas de derechos humanos, evitando el uso de la fuerza y garantizando la participación de los afectados en los beneficios del reasentamiento. Es un proceso complejo que requiere un enfoque integral y basado en los derechos humanos, y puede tener efectos positivos si se lleva a cabo con la participación proactiva y auténtica de las personas afectadas. Es esencial que se respeten los derechos de las personas durante todo el proceso y se garantice su acceso a la justicia. Para lograr resultados que respeten los derechos humanos, se necesita un cambio fundamental en la planificación y ejecución del reasentamiento, con un mayor énfasis en la protección de los derechos de las personas afectadas.
Sandra Navarro