Por Adrián Avilés Cabanilla
El informe del Relator Especial sobre derechos humanos en Camboya muestra claramente lo complicado que está el panorama en el país. Durante el último año, se ha mantenido la presión sobre el espacio cívico y político. Donde periodistas, activistas y opositores siguen siendo perseguidos a través de leyes penales, lo que genera un ambiente de miedo y represión.
Todo esto se agrava con una justicia que no es independiente, lo que convierte los tribunales en instrumentos de control político más que en garantes de derechos.
Uno de los puntos más graves que señala el informe es la gestión de los recursos naturales. Muchas tierras se han entregado a empresas privadas mediante concesiones que no respetan a las comunidades locales, sobre todo a los pueblos indígenas. Estas poblaciones han sido desplazadas, casi siempre sin consulta previa ni una compensación justa, lo que les ha hecho perder sus principales medios de vida como la agricultura, la pesca y hasta el acceso al agua potable. Además, grandes proyectos de infraestructuras como represas o canales se han impuesto sin dar voz a quienes resultan afectados, con consecuencias negativas tanto sociales como ambientales.
Otro problema destacado es el endeudamiento masivo por los sistemas de microfinanciación. En teoría estos préstamos deberían servir para mejorar la situación económica de las familias, pero en la práctica muchas han terminado perdiendo sus tierras y cayendo en una vulnerabilidad aún mayor.
Ante esta situación, el Relator Vitit Muntarbhorn plantea varias recomendaciones pide al gobierno que respete los derechos humanos, que frene los desalojos forzosos y que garantice la participación real de las comunidades en las decisiones sobre sus territorios. Además exige a las empresas actuar con responsabilidad y a la comunidad internacional apoyar a la sociedad civil, impulsando proyectos que respeten los derechos humanos y el medio ambiente.
En definitiva, el informe no se limita a señalar las violaciones, sino que marca un camino para mejorar la situación es una forma de que Camboya avance hacia un modelo de desarrollo más justo, inclusivo y sostenible, donde los derechos de todas las personas sean realmente respetados.
Enlace al informe completo: Aquí
Adrián Avilés Cabanilla



