Por Marcos Marugán
El informe exhaustivo desarrollado por el ACNUDH se fundamenta en aquellos tratados y estándares de derechos humanos existentes en el panorama internacional, evidenciando una gran preocupación sobre el acceso a medicamentos, vacunas y otros productos sanitarios. Principalmente aborda la persistencia de barreras sistemáticas y nuevas dificultades, con especial aumento tras la pandemia, que afectan desproporcionadamente a los sectores más vulnerables.
Nos identifica, las anteriormente citadas barreras sistemáticas persistentes, en varios estamentos; comienza citando las desigualdades agravadas por la falta de datos actualizados, la escasa asequibilidad y la carencia de inversión en I + D para enfermedades de baja rentabilidad comercial, perpetuando así la exclusión de los sectores vulnerables, especialmente en países de ingresos bajos y medios donde hasta el 90% de la población paga los propios medicamentos de su bolsillo.
Continúa mencionando la innovación que ha día de hoy proporciona el sistema global de patentes, incidiendo en precios elevados, pero, a su vez, restringiendo el acceso a nuevas tecnologías sanitarias; a ello se suma el descenso en la concesión de licencias, que en la práctica excluye a muchos países de renta media.
El propio informe destaca la importancia de financiar sistemas públicos de salud, adoptando las listas nacionales mediante actualizaciones y medidas transparentes al respecto de los medicamentos esenciales, alineando la regulación farmacéutica con los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos, favoreciendo con ello los precios justos y combatiendo a su vez la corrupción. ACNUDH recomienda adaptar políticas para mujeres, personas mayores, migrantes e indígenas, garantizando un acceso equitativo y su participación efectiva en los programas de salud.
Finalmente, con respecto a las barreras sistemáticas, reconoce los beneficios y riesgos actuales creados por las tecnologías emergentes; como por ejemplo las constantes apariciones de nuevas IA. Urge pues, proteger los conocimientos tradicionales y recursos genéricos a las generaciones venideras.
En conclusión, el informe anteriormente estructurado, destaca el reto multidimensional que supone avanzar hacia un marco de cooperación internacional efectiva, que cuente con mecanismos vinculantes y una financiación suficiente para poder asegurar la cobertura sanitaria a nivel universal. Aún así la fragmentación normativa, el predominio de mecanismos voluntarios y la debilidad institucional persisten como obstáculos para gozar plenamente del derecho a la salud.
Enlace al informe completo: Aquí
Marcos Marugán