
Por Marcos Marugán
El informe desarrollado por el Secretario General, examina el Fondo Fiduciario de Naciones Unidas como único mecanismo mundial de subvenciones dedicado a eliminar la violencia contra mujeres y niñas, enfocándose principalmente en su impacto estratégico en el contexto del 30º aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing.
Proporcionando un carácter multidimensional y global sobre la violencia de género, intensificada ante las nuevas crisis gracias a los medios digitales. La violencia facilitada por la tecnología ha emergido como una de las amenazas más graves para el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres y niñas de nuestra sociedad contemporánea.
El fondo, desde 1996, se encuentra administrado por ONU-Mujeres y actúa como catalizador de apoyos a organizaciones mediante subvenciones para mejorar el acceso a servicios multisectoriales. Sus principales hallazgos versan sobre diversos temas, como la capacidad de transformación y respuesta (demostrando agilidad ante guerras y pandemias, manteniendo los servicios esenciales a mujeres en riesgo); la ejecución deestrategias interseccionales y de inclusión (compromiso con grupos invisibilizados para facilitar su inserción en la sociedad); la innovación de la resiliencia organizativa (mediante financiación flexible y asistencia técnica que facilita las prácticas adaptativas y la sostenibilidad a largo plazo) y la creación de nuevas alianzas y transferencia de conocimientos.
Por su contraparte, el informe reconoce importantes obstáculos que amenazan su avance, como son la inestabilidad política, los ataques a organizaciones feministas, la insuficiente financiación y la actual hostilidad hacia la igualdad de género; todo ello lleva a la consecución de nuevos desafíos de sostenibilidad, que pese a que la respuesta estratégica ejecutada por el Fondo es sólida, la demanda supera ampliamente la oferta de recursos, y a día de hoy, subsiste la necesidad de ampliar los mecanismos internacionales que vinculan y aseguran la financiación constante, flexible y enfocada en largo plazo.
En consecuencia, la labor del Fondo Fiduciario constituye un pilar esencial en la lucha mundial contra la violencia de género, consolidando un modelo resiliente, basado en la inclusión interseccional, la evidencia práctica y la alianza multisectorial. Pero, sin embargo, su éxito futuro exigirá tanto la consolidación del modelo como la consecuente protección política de las organizaciones de mujeres, y ello será posible mediante la constante adaptación de sus estrategias a los cambios venideros.
Así finalmente, el informe del Secretario General ilustra la necesidad de adoptar un paradigma jurídico y político renovado, transversal e integral, que articule la protección, la prevención y la reparación, prestando especial atención a los desafíos específicos que plantean las nuevas tecnologías. Su implementación exige compromiso institucional, cooperación internacional y adaptación permanente a un escenario en transformación continua.
Marcos Marugán