Por Judith García Tejeiro
En la resolución 66/137, de 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General aprobó la Declaración de las Naciones Unidas sobre Educación y Formación en materia de Derechos Humanos, en la que destacaba la importancia fundamental de la educación y la formación en materia de derechos humanos para la promoción, protección y realización efectiva de todos los derechos humanos.
El Consejo de Derechos Humanos constituyó en su 48º período de sesiones, el 29 de septiembre de 2021, una mesa redonda de alto nivel titulada “Décimo aniversario de la Declaración de las Naciones Unidas sobre Educación y Formación en materia de Derechos Humanos: buenas prácticas, dificultades y camino a seguir”.
En la apertura de esta mesa redonda, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos evocó que, al aprobar la Declaración de las Naciones Unidas sobre Educación y Formación en materia de Derechos Humanos, los Estados Miembros habían transmitido un mensaje tajante de que la educación y la formación en materia de derechos humanos eran una prioridad para la comunidad internacional y para todos los Estados.
Al mismo tiempo, la Alta Comisionada reiteró el principio fundamental de que los jóvenes debían ser los protagonistas de la formulación de las políticas y los programas que los afectaban. Las políticas de empoderamiento de la juventud y los organismos especializados en ese ámbito se multiplican a nivel internacional, regional y nacional.
Por otro lado, la Subdirectora General de Educación de la UNESCO puso de relieve que la educación iba mucho más allá de la preparación de los individuos para el mundo del trabajo; debía empoderarlos con las habilidades, los valores y las actitudes necesarios para respetar los derechos humanos, mejorar su bienestar y configurar sociedades más justas.
En el debate, los delegados subrayaron la contribución de la educación en derechos humanos al fomento de una cultura universal de derechos humanos y manifestaron la importancia de garantizar el derecho a la educación en derechos humanos, reconocido en la Declaración, que establecía que toda persona tenía derecho a poseer, buscar y recibir información sobre los derechos humanos y debía tener acceso a la educación y la formación en materia de derechos humanos. La definición de educación en derechos humanos se concreta en el artículo 2 de la Declaración, que se refiere a la educación sobre, por medio de y para los derechos humanos.
La educación en derechos humanos es un factor clave para hacer frente a los actuales desafíos mundiales, como la desigualdad, los conflictos, el extremismo violento, el cambio climático y la pandemia de COVID-19. Así, los jóvenes como motor del cambio han protestado exigiendo que se actuara para defender los derechos humanos.
También, los delegados destacaron la importancia de impartir a los jóvenes una educación en derechos humanos eficaz, a fin de que pudieran reivindicarlos; forjar una generación comprometida con el respeto y la defensa de los derechos de los demás; y empoderar a los jóvenes para que participaran en los asuntos públicos y en los procesos democráticos de toma de decisiones.
Por todo ello, la educación en derechos humanos promueve la participación significativa, diversa y efectiva, empoderando para reclamar, proteger y promover los derechos humanos y para ser miembros activos de sus comunidades y sociedades.
Enlace al informe completo:
https://documents-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/G21/397/81/PDF/G2139781.pdf?OpenElement