Por Judith García Tejeiro
En su resolución 42/17 de 26 de septiembre de 2019, el Consejo de Derechos Humanos solicitó a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) “que examine en un informe la manera de abordar las consecuencias de las violaciones y transgresiones manifiestas de los derechos humanos y las violaciones graves del derecho internacional humanitario a través de medidas de justicia de transición que puedan contribuir al sostenimiento de la paz y a la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible”.
Primeramente, señalar que por justicia de transición se entiende toda la gama de procesos y mecanismos relacionados con el intento de una sociedad de aceptar un legado de abusos pasados de gran escala, a fin de garantizar la rendición de cuentas, hacer justicia, brindar vías de recurso a las víctimas, fomentar la curación de las heridas y la reconciliación, establecer entidades independientes que supervisen los sistemas de seguridad, restablecer la confianza en las instituciones del Estado y promover el estado de derecho.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos emplazó la contribución de la justicia de transición a la paz duradera en su capacidad para “unir, empoderar y transformar las sociedades”.
La justicia de transición y el desarrollo sostenible comparten la preocupación central de abordar las causas de los conflictos y las violaciones de los derechos humanos, como: la desigualdad, la exclusión, la discriminación y la marginación. La justicia de transición permite un desarrollo más sostenible al asegurar una inclusión mayor y más efectiva y diversa en la sociedad, y al promover un requisito mínimo de justicia.
La contribución de la justicia de transición al sostenimiento de la paz y al desarrollo sostenible residían en su potencial para fomentar la confianza en las instituciones y las personas; empoderar a las personas a través de su enfoque fundamental en la víctimas y la sociedad; promover la inclusión y la participación, incorporando a personas al proceso, con apoyo y reconocimiento, además, los procesos pueden ayudar a identificar y abordar los agravios; abordar las causas de las violaciones graves de los derechos humanos y contribuir a la prevención. Asimismo, es relevante para la inclusión la igualdad de género, las mujeres pueden desplegar su capacidad de acción, reunir pruebas, establecer agendas, crear coaliciones, movilizar estrategias para el cambio y ejercer una influencia que altere los resultados de la adopción de decisiones para reflejar los diversos intereses de las mujeres y los intereses más amplios de una sociedad.
El potencial de la justicia de transición para sostener la paz y avanzar en el desarrollo, esta relacionado principalmente con la preparación y la aplicación de políticas y programas específicos de justicia de transición, incluida la medida en que son específicos en función del contexto, exhaustivos y de propiedad nacional.
En definitiva, el presente informe pone de manifiesto una serie de medidas para aumentar al máximo el efecto positivo de la justicia de transición en el sostenimiento de la paz y en el desarrollo sostenible, siendo claves: la utilización sistemática una figura que tenga en cuenta el pasado; la realización de análisis conjuntos e integrados; la mejora de la recopilación de datos para medir el impacto y los progresos, en particular utilizando el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible; adoptar un enfoque de la justicia de transición centrado en las personas; y velar por que los enfoques participativos y la consulta pública se conviertan en procesos continuos.
Enlace al informe completo: Aquí
Judith García Tejeiro.
