por LUCÍA JIMÉNEZ LÓPEZ
El Departamento Económico de Naciones Unidas ha publicado un informe sobre el Impacto del Covid-19 en las poblaciones indígenas (1), las cuales durante mucho tiempo han sufrido las epidemias traídas desde Europa, tales como la influenza o la viruela, y ahora el Covid que presenta una nueva amenaza para su salud y supervivencia.
Aunque muchas veces los datos sobre enfermedades en pueblos indígenas no están disponibles, ya se han citado casos con brotes notificados en la nación Navajo de América del Norte, cuya tasa de infección es diez veces más alto que la población de Arizona. Así, numerosos pueblos están fuera de cualquier sistema de protección social en tiempos de crisis y pocos tienen acceso a servicios médicos y apoyo financiero. Los pueblos ahora también se enfrentan a la pérdida de sus medios de vida, que constituyen la base principal de su subsistencia. Por ejemplo, se informa que los Masai de Kenia han tenido que cerrar los mercados y como resultado, el sistema de producción pastoril se ha detenido.
Muchos pueblos indígenas trabajan ahora también en la economía informal llegando a depender principalmente de los ingresos provenientes de mercados, la artesanía, el trabajo estacional y el turismo, que también han sido gravemente impactados por el COVID-19. Además, como resultado del bloqueo nacional en La India, la población de trabajadores migrantes, (una gran parte de los cuales son indígenas) ha visto un cierre masivo de sus lugares de trabajo, muchos no han podido regresar a sus comunidades debido a la falta de transporte y los que regresan pueden posiblemente traer COVID-19(Chakma y Chakma, 2020). Además, están empezando a venir informes de partes de Asia (Bangladesh y Filipinas) en relación con la creciente falta de artículos de primera necesidad como los alimentos de las comunidades indígenas que están encerradas y no reciben suministros de socorro.
Entre los sectores más vulnerables encontramos los pueblos aislados, los ancianos y las mujeres. El virus representa una amenaza particular para los pueblos indígenas que viven en aislamiento voluntario pues carecen de inmunidad frente a muchas enfermedades infecciosas. Así, incluso para las personas más jóvenes, el virus puede ser letal (Los Yanonami reportaron la muerte de un niño de tan solo 15 años) Además, se teme que una mayor invasión de sus tierras, por ejemplo, por los madereros y mineros ilegales resultará en muertes significativas debido a esta peligrosa falta de inmunidad.
Los ancianos indígenas corren un gran riesgo en esta pandemia debido al devastador impacto del virus en los ancianos en general y además el hecho de que vivan en viviendas multigeneracionales empeora la situación. El impacto del virus tiene implicaciones culturales ya ellos desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento y la transmisión de los conocimientos, la cultura y las prácticas tradicionales indígenas.
Las mujeres indígenas están sobrerrepresentadas en los sectores vulnerables e insuficientemente remunerados. Las mujeres indígenas se enfrentan a tasas desproporcionadamente altas de violencia doméstica y sexual. En un contexto de emergencia, los riesgos de la violencia contra las mujeres y las niñas, aumenta debido al incremento de las tensiones en el hogar. Además, debido a la cuarentena las mujeres están cada vez más en peligro a medida que disminuyen las posibilidades de escapar de la violencia doméstica.
Las organizaciones indígenas de todo el mundo también han respondido con rapidez, transmitiendo mensajes clave a través de los medios de comunicación escritos, sociales y radiofónicos en sus lenguas. Los propios pueblos indígenas también han recurrido a las técnicas tradicionales prácticas para ayudar durante la pandemia. Por ejemplo, el pueblo Karen de Tailandia revivió su antiguo ritual de «Kroh Yee» (cierre de la aldea) para luchar contra la propagación de COVID19.
La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los pueblos indígenas establece un marco de acción política sobre COVID-19 basado en los derechos de los pueblos indígenas al más alto nivel de calidad física y mental sin discriminación alguna. Esto está dentro del recientemente publicado: «Marco de las Naciones Unidas para la Inmediata Respuesta Socioeconómica a COVID-19” (2).
“No puedo ser más franca, si el Covid entra en nuestras comunidades, estamos muertos” Cito esto de Pat Turner (Jefa ejecutiva ONU, Comunidades Aborígenes) para dar énfasis a la importancia que debemos darle a la pandemia que en estas zonas del mundo, si bien aunque independientes y con gran capacidad de supervivencia se enfrentan a desafíos como la malnutrición, el poco acceso a la higienización, la falta de investigación, falta de agua limpia y por supuesto, la falta de servicios médicos adecuados, lo que no solo aumenta proporcionalmente su mortalidad sino que ante una pandemia de este calibre que le está ganando el pulso a las civilizaciones más adelantadas, son la parte de la población más vulnerable, por ello, es importante que no se queden atrás y se les proporcione servicios médicos, alimentos, suministros… teniendo siempre en cuenta que las medidas que les puedan afectar se hagan en la base de acuerdos plenos con los dirigentes indígenas para garantizar que sea culturalmente apropiada porque debemos respetarles pero es nuestro deber como sociedad asegurar su supervivencia.
(2) Fuente: https://unsdg.un.org/es/resources/marco-de-la-onu-para-la-respuesta-socioeconomica-inmediata-ante-covid-19